Características:
Sombrero de tamaño similar a la especie tipo, entre 5 y 10 cm de diámetro, globoso o semiesférico en su nacimiento, volviéndose con posterioridad convexo y finalmente aplanado. Es de color blanco brillante con lluvia o satinado sin ella, diferenciándose notablemente del color amarillo citrino de la especie tipo. Cutícula separable de la carne del sombrero y decorada con verrugas de consistencia harinosa que pueden llegar a desaparecer por efecto de la lluvia. Borde por lo general bastante regular y no estriado.
Láminas libres con respecto al pie, de color blanco, apretadas y un tanto irregulares, ventrudas.
Pie esbelto, más largo que el diámetro del sombrero, lleno de joven y después hueco. Es de color blanco y tiene en su zona superior un anillo bien definido, persistente y colgante, del mismo color que el resto del carpóforo, y en la zona basal tiene una volva circuncisa igualmente blanca, que se mancha de ocráceo al ser manipulada.
Carne espesa y maciza de color blanco, con un olor a patata significativo y un sabor notablemente desagradable.
Hábitat:
Al igual que sucede con la especie tipo, esta seta está adaptada tanto a los bosques de caducifolios como a las coníferas. La hemos encontrado en primavera y durante el otoño, siendo una especie habitual, aunque no tan abundante como la propia citrina.
Observaciones:
No se la considera como especie tóxica, sin embargo su mal olor y sabor la hacen incomestible. Además hay que tener en cuenta su parecido con las mortales Amanita verna y Amanita virosa, así como con las formas blancas de la Amanita phalloides, de las que se distingue perfectamente por su volva circuncisa, no sacciforme, y su olor a patata. Se diferencia de la Amanita citrina tipo por el color blanco de su cutícula.