Características:
Carpóforo cuyo diámetro medio oscila entre medio centímetro y uno, de manera excepcional hemos recogido ejemplares con diámetros próximos a los 2 cm, su altura es similar. En su primera etapa tienen forma de pequeños pastelillos, sus carpóforos son más o menos turbinados o acopados, tras su posterior evolución adoptan su forma típica de nido. El peridio que lo envuelve tiene un color amarillento pajizo, es tomentoso y está formado por un estrato separable. La superficie interna es ocre amarillenta al principio, pero con la edad se vuelve claramente grisácea, y es lisa, no estriada. Cuando el espécimen es joven toda la superficie superior está recubierta por una membrana, llamada epifragma, de color blanquecino o amarillento que se va disgregando de forma circular hasta desaparecer y dejar entrever la gleba.
Gleba compuesta por un líquido gelatinoso que envuelve una serie de peridíolos con forma lenticular, con el tiempo el líquido desaparece y los peridíolos, en número aproximado de 8 a 12 y de color blanquecino o crema, quedan al descubierto. Estos peridíolos están unidos a la superficie interna por un funículo.
Pie inexistente, es una especie sésil.
Carne insignificante, sin olor o sabor dignos de mención.
Hábitat:
Esta especie fructifica sobre restos de todo tipo, sobre ramas, restos leñosos o vegetales, y también sobre el estiércol. Es una especie que debe ser considerada como común y abundante que puede aparecer ya desde la primavera hasta avanzado el otoño. Generalmente aparece en grupos más o menos numerosos.
Observaciones:
Es una especie caracterizada por su forma de nido, su color amarillento y sus peridíolos blanquecinos. Puede confundirse con las especies del género Cyathus, como Cyathus stercoreus, de hábitat exclusivamente coprófilo, peridio pardo piloso y epifragma blanco o grisáceo. Una especie poco conocida y que guarda una notable similitud es la Nidularia deformis, especie más pequeña, con peridíolos más abundantes de color castaño y libres, sin funículo.