Características:
Sombrero de pequeñísimo tamaño, en el mejor de los casos puede rondar los 5 mm de diámetro, con forma campanulada cuando la seta es joven, después hemisférica, y finalmente con forma convexa, sin llegar nunca a aplanarse del todo. Es de color crema grisáceo al principio y luego más bien blanquecino, estriado por transparencia casi en su totalidad. Su superficie está recubierta de abundantes restos del velo, esto le da un aspecto furfuráceo o harinoso muy apreciable. El margen, algo crenulado, es regular al principio, pero con la edad tiende a abrirse, y puede también poseer restos el velo.
Láminas escasas en número debido a que la seta es pequeña y están muy separadas entre sí, de color blanco, adnatas y ascendentes.
Pie cilíndrico y alargado, generalmente curvado, de color blanco y un poco engrosado en la base. El revestimiento que posee es aun más acusado que en el sombrero, por lo que de aspecto furfuráceo o harinoso pasa a ser prácticamente hirsuto. Es frágil como buena Mycena que es, y muchas veces llega a ser translúcido.
Carne insignificante, sin apenas olor ni sabor digno de mención.
Hábitat:
Fructifica sobre cortezas en descomposición de planifolios diversos, también se localiza sobre restos vegetales. Es una seta difícil de localizar por su pequeño tamaño, hemos de considerarla como muy rara y poco referenciada en la península. Puede llegar a salir en cualquier época del año si las condiciones ambientales son las adecuadas.
Observaciones:
Se trata de una seta poco conocida, en parte por su pequeño tamaño, pero también por las dificultades que presenta su identificación, en la que resulta indispensable un estudio pormenorizado y el uso del microscopio. A simple vista llama la atención el pie con su revestimiento casi piloso, pero es muy parecida a la Mycena tenerrima, así como a otras especies como la Phloeomana hiemalis, que tiene el sombrero viscídulo.