Características:
Sombrero que puede llegar a alcanzar notables dimensiones, los ejemplares plenamente desarrollados tienen un diámetro que rebasa muchas veces los 20 cm, y un aspecto muy carnoso. Tiene forma hemisférica, pronto convexo, y al final plano-convexo, y una cutícula aterciopelada en especímenes jóvenes, de color variable, pardo rojizo o naranja, en las formas típicas, predomina el componente rojizo. Margen regular y muchas veces excedente.
Tubos largos de color blanco en sus primeras etapas, evolucionando a tonos grises sucios y en los especímenes viejos prácticamente pardos con matiz vinoso, son fácilmente separables de la carne del sombrero.
Poros pequeños cuyo color sigue una evolución similar a los tubos, redondeados, no azulean al contacto pero si tienden a ensuciarse un poco.
Pie cilíndrico, lleno y consistente, con frecuencia supera los 15 cm de largo, de color blanco de fondo pero recubierto de numerosas granulaciones que al principio pueden ser rojizas o rosadas y más habitualmente marrones o incluso negras. Es habitual hallar ejemplares con la base claramente engrosada.
Carne espesa y consistente en el sombrero, sobre todo en ejemplares jóvenes, y algo más leñosa en el pie, con el tiempo se vuelve más esponjosa. De color blanco y con diferentes virajes al corte, con tonos verdi-azules en la base del pie muchas veces, y virando a gris con matiz violeta en el resto. Tiene sabor dulce y olor agradable.
Hábitat:
Se trata de una especie frecuente y abundante en nuestros bosques, donde destaca por su colorido y porte. Sale muchas veces en grupos, de forma general en bosques de Quercus, Populus o Betula, también bajo hayas, a finales del verano y durante el otoño.
Observaciones:
Esta especie es un comestible aceptable, siempre que se recolecten solo los sombreros de ejemplares jóvenes, ya que con el tiempo adquiere esponjosidad y pierde textura, la carne al cocinarla tiende a ennegrecer. La descripción original de este taxón resultó errónea, actualmente lo que antes conocíamos por Leccinum aurantiacum se corresponde en realidad a Leccinum albostipitatum, y lo que siempre denominamos leccinum quercinum es en realidad Leccinum aurantiacum, entendiendo que se trata de una especie europea, y reservando el nombre de Leccinum vulpinum como especie americana de coníferas de montaña. Por los tonos rojizos el aficionado poco experto pudiera confundir esta especie con Boletus pinophilus.