Características:
Carpóforo de pequeño tamaño y con forma tuberiforme, como un pequeño tubérculo que crece bajo tierra, para el que se referencia un diámetro de entre 1 y 4 cm, en el caso de nuestra recolecta, el ejemplar de mayor tamaño tenía apenas 3 cm de diámetro. Suelen ser bastante esféricos u oblongos, pero por lo general con forma regular, con hendiduras, sobre todo basales, pero escasas protuberancias. Tiene un aspecto exterior duro y carnoso, a pesar de su tamaño, con un color muy oscuro, que puede ser pardo oscuro o directamente negruzco. Exteriormente su aspecto es marcadamente verrucoso, y en general con similitudes a las trufas de verano.
Peridio duro que se muestra inseparable de la gleba, de color pardo oscuro o típicamente negro, formado por numerosas verrugas poligonales, que resaltan un tanto, pero con la superficie superior aplanada, no piramidal. Los ejemplares jóvenes presentan verrugas bastante pequeñas y apretadas, pero con la maduración estas verrugas tienden a agrandarse y estar más hendidas. Al micro es pseudoparenquimatoso y está provisto de unas estructuras a modo de pelos septados.
Gleba De aspecto muy carnoso y compacta, tiene un color blanco puro que contrasta de forma notable con el peridio negro, la parte fértil conserva el color blanco durante mucho tiempo, y las venaciones estériles tienden a volverse ocráceas con la edad, de vieja toda la gleba es ocrácea. Presenta unos ascos más o menos globosos o subglobosos que tienen hasta 8 esporas, estas son más bien esféricas, a veces no totalmente esféricas, lisas cuando son inmaduras, y finamente verrucosas tras la maduración, detalles que pueden observar en nuestro apartado de microscopía de esta ficha.
Carne que no es otra cosa que la propia gleba, compacta y dura, con un olor que no tiene nada que ver con las trufas, pero que en todo caso es bastante agradable, y con un sabor que nos resulta también agradable, como de frutos secos, y al que encontramos matices similares a algunas especies del género Terfezia.
Hábitat:
Estamos ante una especie que no es excesivamente abundante, pero que si tiene una amplia distribución por la Península Iberica, en el sur y este, a esta especie se la asocia con las cistáceas tipo Helianthemum, de hecho la llaman la chivata en relación a las buscadas Terfezias, pero este no es el caso de nuestra recolecta. Hemos comprobado que en el norte de la península está especie es bastante habitual en las plantaciones de encinas micorrizadas destinadas al cultivo de Tuber melanosporum, hábitat en el que la hemos localizado, donde empiezan a salir en la primavera cuando se acaba la temporada de trufas, por lo tanto no perjudica estas plantaciones al no haber coincidencia temporal. Los ejemplares que sirven para la realización de esta ficha, localizados en la provincia de Burgos, desde abril a finales de junio.
Observaciones:
Especie caracterizada por el marcado contraste de color al corte, entre un peridio muy oscuro o negro y una gleba de un color blanco puro y compacta. Es una especie comestible que se puede consumir sin problemas, pero de calidad limitada, no tiene nada que ver con las trufas, se asemeja más a alguna Terfezia, la Terfezia claveryi, con quien puede compartir hábitat, es mucho mejor comestible que esta especie. Existe cierta controversia con respecto a Picoa lefebvrei, con la que prácticamente no hay diferencias microscópicas, y que para muchos autores se trataría de la misma especie. Morfologicamente muy similar a la rara Picoa Carthusiana, pero fácil de diferenciar al micro por sus esporas citriformes.